Las remesas de dòlares que aquellas gentes aportaron a su tierra,eran de un contingente elevado,tanto asì que cada dìa se recibìan en la Oficina Postal de Beariz,decenas de sobres de caràcter certificado,cuyo contenido constituìan sumas considerables. Unas en cheques y otras consistentes en billetes de diferente cuantia, aun cuando el reglamento prohibìa el movimiento de moneda en sobres certificados.
Era de mañana cuando los funcionarios de la banca, acudìan a la oficina de correos,para depositar la correspondencia generada durante la jornada, entre la que se incluìan los sobres de VALORES DECLARADOS,en cuyo interior,viajaban los dolares, remesados a Madrid.
Uno de aquellos funcionarios bancarios,lo solìa hacer de tarde,por coincidirle de retorno al lugar donde residìa.Al hallarse la oficina postal cerrada,preguntaba por el jefe y este algunas ocasiones se hallaba en el huerto. Allì acudìa el banquero, para hacer la entrega y dejaba depositado en un ventanuco el sobre de Valor Declarado con la moneda que previamente habìa recibido durante la jornada,cumpliendo asi el tràmite de su remsiòn a Madrid. Banquero y Agente Postal, mantenian una leal amistad de lo cual se derivaba,tan arriesgado y excelente servicio.
De madrugada el Agente Postal,entregaba al revisor del auto de linea, que cubrìa la ruta Beariz-Ribadavia, a su vez transporte de correo, los sobres que durante la jornada habìa recibido. Dada la hora de madrugada,en un fajo,los sobres de valores declarados eran arrojados por la ventana,a las manos del revisor del servicio de transportes, encargàndose este de su custodia hasta Ribadavia, oficina receptora .
Asi funcionaba un sistema,que si era arcaico,para tanta responsabilidad, los que intervenìan en el, lo hacìan dentro de una responsabilidad avalada con la garantia de amigos, moviendo dinero,con un sistema caracterizado, por la confianza,tanto los de allà como los de acà, colaborando a hacer un pueblo rico,hoy ofreciendo la imagen triste,sin vida,porque ya todo pasò al olvido,mientras para algunos sigue imperando la gloria,de un pasado que le ha dejado el recuerdo para seguir disfrutando .Para otros no...
La bufarda sigue a la espera. Los Dolares: ¿Donde estàn?
De madrugada el Agente Postal,entregaba al revisor del auto de linea, que cubrìa la ruta Beariz-Ribadavia, a su vez transporte de correo, los sobres que durante la jornada habìa recibido. Dada la hora de madrugada,en un fajo,los sobres de valores declarados eran arrojados por la ventana,a las manos del revisor del servicio de transportes, encargàndose este de su custodia hasta Ribadavia, oficina receptora .
Asi funcionaba un sistema,que si era arcaico,para tanta responsabilidad, los que intervenìan en el, lo hacìan dentro de una responsabilidad avalada con la garantia de amigos, moviendo dinero,con un sistema caracterizado, por la confianza,tanto los de allà como los de acà, colaborando a hacer un pueblo rico,hoy ofreciendo la imagen triste,sin vida,porque ya todo pasò al olvido,mientras para algunos sigue imperando la gloria,de un pasado que le ha dejado el recuerdo para seguir disfrutando .Para otros no...
La bufarda sigue a la espera. Los Dolares: ¿Donde estàn?
No hay comentarios:
Publicar un comentario