DESDE antiguo los montes de Beariz y su entorno,se componìan de superficies carentes de todo tipo de especies arbòreas.El tojo,carqueixales y carrasco,invadian la mayor parte de montes y parajes,donde pastaba el ganado a su libre antojo.
La riqueza y el medio de sustento desde tiempos inmemoriables,ha sido en estas aldeas el ganado en sus diferentes especies,aunque generalmente la especie ovina y capria, acaparaban en su mayoria la cabaña ganadera.El gando vacuno se limitaba a unas parejas, que se utilizaban para el acarreo y labores agrìcolas, puès las explotaciones lecheras apenas existìan en los tiempos pasados.
Los bosques arboreos,tardaron varios años en ser visibles en esta zona,puesto que el ganado devoraba cuanto hallaba a su paso.Fuè el hombre el que a duras penas logrò hacer posibles las primeras plantaciones.Primero surgieron las carballeiras en pequeñas plantaciones.Luego el pino paulatinamente se fue incorporando a la poblaciòn de àrboles como madereros para aplicar a la construcciòn de viviendas,asì como lo era el roble.
En la comarca apenas se producìa la castaña,puesto que las plantaciones de esta especie eran casi inexistentes.Solamente pequeños "soutos",de unas docenas de plantas se situaban en algunos lugares frondosos,barrancos o regatos.O souto de Penamarela al final de la cordillera de Marco y Pena al margen izquierdo del rio Avia,en las cercanìas frente a Còrores. En tal punto radicaba un pequeño grupo de castaños,perteneciente a los vecinos de Magros,los que ejercìan sobre el un dominio ferreo,impidiendo el acceso a toda persona ajena al mismo.con una vigilancia constante,que en algunos casos derivaba en reyertas vecinales.
Las repoblaciones mas antiguas,correspondian a plantaciones de carballos,dando origen a las populares carballeiras,que tanto imperan en varias zonas de Galicia. Existìa una ley ancesatral,o costumbre, que la plantaciiòn de robles en determinadas zonas por algun vecino,daban a mismo la propiedad del terreno,entretanto existiera el arbolado.
Llagada la dècada de los años cuarenta la zona de Beariz ha cambiado de fisonomìa.Las gentes dejaron de tener como medio de sustento el gando y los jòvenes,se ecaminaron por otros cauces de vida,como fuè aprender algun oficio o trabajar en la mineria cuando esta actividad generò un inmenso contigente de ocupaciòn.Los montes dejaron de contar con la cabaña ganadera,la que llegò a desaparecer una vez que se efectuò la repoblaciòn forestal en la dècada de los años cuarenta al cicuenta.Los pinares se impusieron siendo la especie que actualmente repobla la mayor extensiòn de los montes.Las zonas arboladas empezaron a ser viisibles en los entornos de las aldeas y el castaño que apenas existìa fuè extendiendo sus dominios,hasta que en la mayoria de los casos constituye la poblaciòn de la especie arbòrea en todo el contorno,despuès de los pinares.
La abundancia de maleza de varias especies espontaneas impide que la superficie se halle limpia,lo que origina que las castañas queden ocultas sin que nadie las recoja.Y el fruto de grandes plantaciones se deje de aprovechar,cuando el mismo podrìa generar unos sustanciosos ingresos al erario de sus propietarios.
Es preciso que quienes rigen los destinos del pais,tomen cartas en esta cuestiòn y lo que actualmente es una muestra de abandono y desprecio de una riqueza,pueda traducirse en un recurso econòmico,como un don que nos ofrece la naturaleza.
Los bosques arboreos,tardaron varios años en ser visibles en esta zona,puesto que el ganado devoraba cuanto hallaba a su paso.Fuè el hombre el que a duras penas logrò hacer posibles las primeras plantaciones.Primero surgieron las carballeiras en pequeñas plantaciones.Luego el pino paulatinamente se fue incorporando a la poblaciòn de àrboles como madereros para aplicar a la construcciòn de viviendas,asì como lo era el roble.
En la comarca apenas se producìa la castaña,puesto que las plantaciones de esta especie eran casi inexistentes.Solamente pequeños "soutos",de unas docenas de plantas se situaban en algunos lugares frondosos,barrancos o regatos.O souto de Penamarela al final de la cordillera de Marco y Pena al margen izquierdo del rio Avia,en las cercanìas frente a Còrores. En tal punto radicaba un pequeño grupo de castaños,perteneciente a los vecinos de Magros,los que ejercìan sobre el un dominio ferreo,impidiendo el acceso a toda persona ajena al mismo.con una vigilancia constante,que en algunos casos derivaba en reyertas vecinales.
Las repoblaciones mas antiguas,correspondian a plantaciones de carballos,dando origen a las populares carballeiras,que tanto imperan en varias zonas de Galicia. Existìa una ley ancesatral,o costumbre, que la plantaciiòn de robles en determinadas zonas por algun vecino,daban a mismo la propiedad del terreno,entretanto existiera el arbolado.
Llagada la dècada de los años cuarenta la zona de Beariz ha cambiado de fisonomìa.Las gentes dejaron de tener como medio de sustento el gando y los jòvenes,se ecaminaron por otros cauces de vida,como fuè aprender algun oficio o trabajar en la mineria cuando esta actividad generò un inmenso contigente de ocupaciòn.Los montes dejaron de contar con la cabaña ganadera,la que llegò a desaparecer una vez que se efectuò la repoblaciòn forestal en la dècada de los años cuarenta al cicuenta.Los pinares se impusieron siendo la especie que actualmente repobla la mayor extensiòn de los montes.Las zonas arboladas empezaron a ser viisibles en los entornos de las aldeas y el castaño que apenas existìa fuè extendiendo sus dominios,hasta que en la mayoria de los casos constituye la poblaciòn de la especie arbòrea en todo el contorno,despuès de los pinares.
La abundancia de maleza de varias especies espontaneas impide que la superficie se halle limpia,lo que origina que las castañas queden ocultas sin que nadie las recoja.Y el fruto de grandes plantaciones se deje de aprovechar,cuando el mismo podrìa generar unos sustanciosos ingresos al erario de sus propietarios.
Es preciso que quienes rigen los destinos del pais,tomen cartas en esta cuestiòn y lo que actualmente es una muestra de abandono y desprecio de una riqueza,pueda traducirse en un recurso econòmico,como un don que nos ofrece la naturaleza.
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