19 ene 2012

LA JOVEN Y EL PERRO CON GABARDINA


HACE UNOS DIAS me acerquè de compras a una tienda.Dejo mi coche junto al borde de la calle,de pronto al frente se detiene otro automòvil,del cual descienden dos damas.Una mayor y la otra un poco màs jòven.Al girar la mirada observo como en el interior del vehìculo,algo se movìa con unos comportamientos desesperados.Le digo a las damas: ¿Como dejan ustedes el niño en el coche,si no queda nada a gusto?.Una me contesta:Pero si no es un niño, es el perrito.Lo observo detenidamente,porque soy un gran amante de los animales.La estampa resultaba graciosa asomandose a la ventanilla tan bonito ocupante,con su gabardina de color verde y la gorrita roja y reluciente con el collar como complemento de etiqueta.Y vivimos unos tiempos que hasta los caninos se mueven en automòvil o viajan en aviòn, por lo que me hizo recordar cuando en mi niñez,los canes andaban sueltos por las corredoiras deambulando de puerta en puerta, en busca del hueso que alguien se lo arrojaba desde el balcòn despuès de haber saboreado la magra. Dormìan en el corral o al lado del pajar y hasta ejercìan de somatenes y de pastores y el saludo que recibìan era: ¡Vota can fora!.
Y es ese dìa en la ciudad,donde ves la señora que acude a la cafeterìa con su canino a las diez de la mañana,o el otro que lo lleva a pasear a la alameda,para que haga sus funciones fisiològicas,dejando la huella mal oliente al lado del àrbol,o debajo del banco,donde luego tu te sientas,o si se da el caso a la hora de la merienda,cuando en la terraza de la cafeterìa te saboreas el chocolate y la señora de la mesa de al lado le introduce en la boca a su caniche un par de churros,de esos que desconjelan al momento;pero no como aquellos de la churrera que los vendìa a cuatro a la peseta,cuado yo iba al colegio ,en el portal de la calle del centro.(1940).Siempre y cuando no exista el triàgulo de la señal prohibitiva:Perros NO.
No habìa coches por la carretera y cuando alguno por casualidad,circulaba sobre la vìa pavimentada de piedras,haciendo un ruido estrepitoso de bache en bache,hasta los canes,se sentìan incomodos y le hincaban el diente en las cubiertas de las ruedas,como diciendo:   "Eiqui quenes mandamos somos nos".
Y claro està,si te mueves un poco por la urbe o por lugares donde todo se maneja con el volante,tanto para ir de compras,a misa o de fiesta,observas que eso de llevarse el canino en el asiento de al lado es bastante frecuente,aunque en muchos casos el cuadrupedo se coloque en el habitàculo trasero, sin el correspondiente cinturòn de seguridad,que asì como lo han implantado obligatorio para las personas y la silla para los bebès,tambièn deberìan inventar algùn tipo de chaleco para que el animalito vaya sujeto,en caso de accidente,o no se asome a la ventanilla reclamando que lo apeen del cuatro ruedas,cuando lo hacen los demàs viajeros que lo acompañaban y el se queda en el interior.
Otro dìa de esos que vuelves a la urbe y tienes la necesidad de dejar el vehìculo en el aparcamiento. Entro y aparco y de prono un "cochazo" se estaciona en la plaza de al lado. Desciende una elegante chica que se acerca a la puerta derecha de su vehìculo.Abre y me impide que yo pueda descender.Le digo: ¿A donde vas con tanta prisa,para bajar al niño,deja que yo cierre la puerta?. Con cara de risa me responde:¡Pero si no es un niño!.Es el perro que traigo,como acompañante conmigo. Puès efectivamente se dispone a bajar del vehiculo su can no muy pequeño,equipado con gabardina color crema y su gorra azul,sin que le faltara para completar la elegancia,el correspondiente collar y el cascabel.Toda una muestra de etiquta canina.
¿Y como traes el perro a tu lado,no encajarìa mejor un chico guapo,como tu?.Gracias señor por el piropo.Cuando traigo a mi novio,el se sienta al volante y yo en el lugar del perro.¿Y el canino?.Lo dejamos en el patio,porque allì hay màs y no se aburre.¿Entonces tienes una jaurìa en tu casa?. Puès casi,casi, porque mi padre es un aficionado a la caza y los posee de diferentes razas.¿Y por donde va a cazar?. Me responde :Yo no conozco; pero cuando llega nos cuenta que fuè a cazar a la provincia de Orense, donde abundan el jabalì y el corzo. Parece que es un lugar muy bonito,salpicado de chalès por aquellas aldeas. Si quiere conocer a mi padre vèngase conmigo,que se halla esperàndome en la cafeterìa de enfrente.Bueno pues encantado, yo tambièn me dirijo al mismo establecimiento;pero solo por tu amabilidad y lo guapa que eres,sin despreciar a el perro que tambièn es maravilloso,acepto tu invitaciòn.
Subimos la escalera y nos encaminamos a la cafeterìa,donde copartimos mesa un rato de amigable tertulia, hablando de caza y cacerìas con el perro al lado luciendo su gabardina ya que la gorra se la habìan quitado por hallarse bajo techo.
Fuè un encuentro en el aparcamiento,como lo puede ser en la calle.Con un perro elegantemente vestido con gabardina y gorra y una joven derrochando simpatìa,que brotaba de su elegante cuerpo,que si el perro llamaba la atenciòn,la jovencita ofrecìa su atractivo con belleza y simpatìa.
Asi somos la actual sociedad,compuesta de diferentes clases y colores y si unos viajan al voltante,otros lo hacen al lado del conductor o en el asiento de atràs,sea persona o animal;pero la elegancia por delante. Porque el perro emblemàtico de nuestras aldeas, ha merecido siempre el cariño del hombre, y aunque algunos los traten a patadas otros como la joven lo ha vestido de gabardina, mientras en ANTAS- A LAMA le han dedicado su monumento a "O CAN DE PALLEIRO".

No hay comentarios:

Publicar un comentario