ME HALLABA yo cierto dìa en una calle de la ciudad,esperando a mi esposa que habìa acudido a una tienda para hacer unas compras.Como me situaba en zona con limite de horario.En uno de esos lugares,que casi son una trampa con el letrerito que dice:Dispone de diez minutos para arreglar sus asuntos,màs o menos asì dice.Pero lo malo que como el guardia no sabe la hora en que has llegado.Llama la grùa y cuando retornas,te hallas con el otro cartelito: Su vehìculo lo ha llevado la grua. Para recogerlo llame al telèfono...
Pero veràn lo que me ha ocurrido:De repente se apoya en mi automòvil,con el piè sobre el faldòn, un joven mocito,con su mòvil a todo gas.Empieza atendiendo su conferencia,que por los movimientos que le imprimia a la conversaciòn,parecìa tratarse de una compañera a la cual le solicitaba algo que yo no puede percibir. Cada palabrita movièndose la lengua sobre los labios,la acompañaba con un fuerte patadòn en el faldòn del vehìculo. Aguantè un poco y salì al exterior. Le digo: lo que debes hacer es aprender un poco màs de educaciòn y comportarte con respeto,porque no tienes porque golpear mi coche por culpa de tus amores. Luego, me responde: Espere señor y perdone ahora se lo limpio. Pero si no es mi novia. Es una hija de zorra, que me ha llamado para insultarme, por eso las ha pagado su coche porque si la tengo delante mìa, se las doy hasta en el morro.
Despuès del ligero careo continua calle adelante,mientras yo lo sigo observando.De pronto se arrima a un escaparate y repitiendo sus modales,porque otra llamada le habìa interrumpido la marcha.Sale el señor de la tienda y le dice:¡Oye macho a ti te voy a poner la cara de vuelta y media,porque cada vez que pasas por aquì vas pegando patadas por todos los lados,con tu mòvil sobre la oreja!.
Es bastante frecuente esta clase de comportamientos que algunas veces resultan graciosos,aunque otras no. Por algo se llama la:Telefonìa mòvil. Yo me fijo en esta clase de detalles, porque en la juventud todo encaja,hasta el patalòn roto,haciendo que se vean los calzones,o la braguita color de rosa.
A unos los mueve el mòvil,a otros la consola y algunos màs el cubata,si es algo entrada la tarde o màs bièn el fin de semana.
Y que le vamos hacer si la vida es una fiesta,porque no hay trabajo ni ganas,porque no se aprende un oficio.¿Y para què, si luego no hay colocaciòn?.Porque no se ara una finca ni se planta un àrbol,o se confecciona una camisa.¿ Y para que si eso es cosa de chinos?.Si no se aprende a jugar en debida forma al fùtbol, cuando es un gran porvenir.¿Y para que si luego vienen los de afuera aunque cuesten millones de euros?.Y yo me siento en la grada aplaudiendo como el bobo,mirando aquel super millonario que con mis pocos ahorros,le estoy ayudando a que le cuezan los garabanzos de cada dìa.Mientras me pago la entrada con el dinerito de la pensiòn de mi abuelo. Y si es preciso al final me la lio a tortas con el otro hincha o me quemo un par de contenedores,porque todo es deporte.
Asi camina mucha de la juventud de estos dìas: Golpeando por la calle,coches o escaparates,con el mòvil al oido,mientras el papà hace nùmeros para abonar la cuota del telèfono,o el recibo de la luz. ¿Donde està la educaciòn y la crisis.?.
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