Cada mañana antes de comer,me siento en la galerìa de mi casa,observo a traves de la cristalera el revolotear de algunos pàjaros. Muy pocos,no como cuando era niño y en la alameda(finca de Los Merelles hoy desaparecida en las cercanìas de mi hogar anidaban pajaros de diferentes especies: Gayos,mirlos, paporrubios. jilgueros y otros varios.Sin embargo alguna pareja de estas especies,sigue manteniendo su tradicion y cada año costruye su nido por estas cercanìas.
Es el medio dìa, mientras mi esposa elabora el caldo,yo me siento a leer el Faro de Vigo,mi periòdico de todos los tiempos.De repente se acerca a la plazoleta de enfrente el mirlo de plumaje negro intenso y pico rojo,(es el macho),mientras la hembra,seguramente se queda en el nido incubando sus cuatro huevos,blancos jaspeados en azul.(Los conozco de cuando era niño y nos dedicàbamos a la busqueda de los nidos entre las silveiras y arboledas).Siempre cuidando la puesta de la cual se reproduciran dos parejas de nuevos mirlos,los que eligiràn otros parajes, para seguir reproducièndose al igual que las urracas que anidan en el castaño de mi vecino.
Es el placer de vivir en la aldea,la que te brinda el poder disfrutar algo de la naturaleza.Recordar aquellos tiempos de cuando eras niño y pasear por caminos rurales y senderos,aunque no como antes.Acudir al rio a pescar como en aquellos tiempos,que lo hacìa con la caña que me habìa regalado mi abuelo.Con miñoca en primavera con saltamonte y pluma en verano.Sin que encuentres el cebo como, antes,porque hasta las moscas de caballo o de la vaca rubia,que eran un buen cebo o los saltamontes,apenas existen.
Y las praderias van desapareciendo de nuestra aldea,donde la maleza y las silveiras invaden el campo.Las aldeas desiertas,sin mirlos ni gorriones,sin vacas ni ovejas.Sin nidos que ahora ni los niños de la aldea conocen y muchos de sus padres ya no saben explicàrselo,porque se han convertido en urbanistas,donde los pàjaros estan tambien en jaulas o pajareras,y no se posan en el respaldo del banco de la alameda, como antes lo hacìan,al igual que el mirlo se acerca a mi ventana,posàndose enfrente,para hacerme recordar el pasado,de aquella naturaleza.
Es lo rural fingiendo la imagen de ciudad,que ese mirlo negro que se acerca a mi casa tambien lo està viviendo,porque no se siente a gusto,posado en el hilo de la luz o sobre el pavimento de la calle,antes de tierra o el árbol con hojas que no existe,porque de las carballeiras hemos pasado a algo que no se palpa.La vida de nuestras aldeas sobre las que mina el gusano de la muerte.
Por algo ya solo queda ese MIRLO negro que se acerca a mi casa,o la pareja de URRACAS que anidan en el castaño del vecino.¿Donde está la NATURALEZA, en la que hemos vivido?...
Es el medio dìa, mientras mi esposa elabora el caldo,yo me siento a leer el Faro de Vigo,mi periòdico de todos los tiempos.De repente se acerca a la plazoleta de enfrente el mirlo de plumaje negro intenso y pico rojo,(es el macho),mientras la hembra,seguramente se queda en el nido incubando sus cuatro huevos,blancos jaspeados en azul.(Los conozco de cuando era niño y nos dedicàbamos a la busqueda de los nidos entre las silveiras y arboledas).Siempre cuidando la puesta de la cual se reproduciran dos parejas de nuevos mirlos,los que eligiràn otros parajes, para seguir reproducièndose al igual que las urracas que anidan en el castaño de mi vecino.
Es el placer de vivir en la aldea,la que te brinda el poder disfrutar algo de la naturaleza.Recordar aquellos tiempos de cuando eras niño y pasear por caminos rurales y senderos,aunque no como antes.Acudir al rio a pescar como en aquellos tiempos,que lo hacìa con la caña que me habìa regalado mi abuelo.Con miñoca en primavera con saltamonte y pluma en verano.Sin que encuentres el cebo como, antes,porque hasta las moscas de caballo o de la vaca rubia,que eran un buen cebo o los saltamontes,apenas existen.
Y las praderias van desapareciendo de nuestra aldea,donde la maleza y las silveiras invaden el campo.Las aldeas desiertas,sin mirlos ni gorriones,sin vacas ni ovejas.Sin nidos que ahora ni los niños de la aldea conocen y muchos de sus padres ya no saben explicàrselo,porque se han convertido en urbanistas,donde los pàjaros estan tambien en jaulas o pajareras,y no se posan en el respaldo del banco de la alameda, como antes lo hacìan,al igual que el mirlo se acerca a mi ventana,posàndose enfrente,para hacerme recordar el pasado,de aquella naturaleza.
Es lo rural fingiendo la imagen de ciudad,que ese mirlo negro que se acerca a mi casa tambien lo està viviendo,porque no se siente a gusto,posado en el hilo de la luz o sobre el pavimento de la calle,antes de tierra o el árbol con hojas que no existe,porque de las carballeiras hemos pasado a algo que no se palpa.La vida de nuestras aldeas sobre las que mina el gusano de la muerte.
Por algo ya solo queda ese MIRLO negro que se acerca a mi casa,o la pareja de URRACAS que anidan en el castaño del vecino.¿Donde está la NATURALEZA, en la que hemos vivido?...
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