6 ago 2012

CASAS CON HISTORIA A CASA DA GAYA

SE UBICABA en la Plaza do Cruceiro limite de los barrios de Forxa y Candedo  era la CASA DA GAYA,una vivienda cargada de historia.A su lado dos centenarios robles donde jòvenes y mayores descansaban disfrutando de la sombra.Al frente el cruceiro de piedra,hoy desaparecido al ser reemplazo de su lugar eliminando la antigua plaza,a la cual alcanzaba la procesiòn de la Virgen de la Asunciòn el dìa de la fiesta mayor.

Era la casa denominada por su nombre de unos años de trayectoria,con su propietaria la señora Rosa,aquella anciana que brindaba  cariño y simpatìa para todos,por lo cual las largas noches de invierno, se convertìa en el centro social cuando el sol se ocultaba por la sierra del Suido a las seis de la tarde,para alumbrar de nuevo por detràs de la cordillera de Marcofan.  A Casa da Gaya,donde cada noche aquella señora atizaba su hoguera para que a su alrededor se concentraran niños y mayores cada cual aportando sus cuentos y sus historias y las noticias que durante  dìa solìan surgir.Con su candil de petròlego,colgando de la pared.Porque no existìa la luz elètrica.

No era La CASA DE LA TROYA,que ha dado origen a la novela de Pèrez Lugin,como una casa inventada que todavìa radica en una rua de Santiago,pròxima a la plaza de Cervantes.Sino a CASA DA GAYA,   aquella casa que tambien se ha cargado de historia,como muchas otras del pasado;pero sin que de ellas se haya escrito novela alguna.Sin embargo son lugares de un pasado que encierran parte de unas vivencias,de los aconteceres de aquellos pueblos,que aunque como Santiago no hayan sido cunas de culturas,constituyen recuerdos de un pasado,sobretodo para aquellos que ya al final de la carrera de la vida,les toca recordar como las noches largas de una aldea,sin luz,sin agua en los fregaderos,o sin medios de comuncaciòn,o sin pavimento en las corredoiras; pero si han vivido para transmitir un recuerdo del pasado que alguien hereda como legado, sin que se traduzca en novela inventada como otras lo han sido.

 A Casa da Gaya, fuè la realidad de una època que actualmente muchos recordamos,porque asì como esa, otras tambièn tienen su historia gravada con el correr de un pasado,pero ignoradas siempre que han existido como los lugares de una vida que guardan recuerdos convirtèndose en añoranzas del pasado,que si unos no los recuerda otros los siguen conservando en la mente como parte del libro de unas vivencias y cada vez que pueden se lo transmiten a otras generaciones, porque  asì se componen las historias cultivando los aconteceres ya vividos por unos que para otros es preciso recordar como aquellas noches de los largos inviernos,al calor de la hoguera en la lareira de la señora Rosa,quella señora de la aldea,furnida por los años y de sus labores de campesina,que si de joven formò una familia,cultivando sus tierras y cuidando su pareja de vacas,de mayor quiso conservar el contacto diario con sus vecinos,para los que encendìa su hoguera,colgaba el pote en la "gamalleira" y elaboraba las  papas  de harina de maiz,las cuales ofertaba  a cuantos a su alrededor se sentaban al piè de la lumbre de carqueixas  y carrascos.

Era asì un centro social   A CASA DA GAYA,  lugar de reuniòn de niños, jòvenes y amas de casa,donde se establecìa el roce diario y la comunicaciòn entre todos,cada quien aportando sus noticias,recogidas al oido en otros lugares y que se transmitìan, segun costumbre en  las aldeas de unos a otros en aquellos lugares de reuniòn. Porque no existìa la radio ni la TV.y menos la retransmisiòn de los encuentros de fùtbol.

No era el tradicional fiadeiro donde se hilaba la lana de las ovejas,para confeccionar la chaqueta o la manta de la cama que Asunciòn o Marìa,las confeccionaba como obras de artesanìa que aquellas casas de la aldea lucìan en sus habitaciones, complementadas con las sàbanas de hilo-liño dos parajes de Barcia.

Fuè a Casa da GAYA aquel hogar pueblerino,donde jovenes,niños y mayores hablaban de sus cuentos transmitiendo unos a los otros lo que podìan haber aprendido,porque no era La Casa de la Troya de Santiago donde se alojaban estudiantes para forjarse un porvenir a costa de sus lecciones de cada dìa en las diferentes facultades.








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