16 jul 2012

GOZOS Y SOMBRAS DE LA EMIGRACION

FUE por la dècada de los años cincuenta cuando al preguntarle a un  conocido por sus hijos, muy ufano me contestò que habìan emigrado a hispanoamèrca.Pasò algùn tiempo y he vuelto a cruzarme con èl en la calle  y despuès del saludo de rigor,le preguntè  de nuevo por los  hijos.Su respuesta no se hizo esperar:Xa me mandaron un a carta para decirme que venda as vacas e que non traballe mais,xa que eles  me mandaran cartos a barrer.

El paisano antendiò el ruego de sus hijos,aunque sì atento a aquel dicho:"En ningùn lugar atan o cans con longanizas".Y aunque  con sus dudas,vendiò las vacas empezando una nueva vida como un "señor".Acudìa  al bar con màs frecuencia que antes.Paseaba por la corredoira.Los domingos acudìa a la misa mayor,aunque no fuera al bar a tomarse el vermout.  Pero si despuès de la comida se pasaba màs tiempo jugando a las cartas,que cuando tenìa que conducir sus vacas a pastar.

Pero esa nueva vida de aquel vecino, empezò a sufrir los contratiempos que el no se había imaginado,ante las promesas de sus hijos:Faltaron la  vacas y la leche.Faltaron los huevos porque al no cultivar la finca,no se producìa el grano para alimentar las gallinas.Faltò el cerdo que durante parte del año permanecìa en el cubil,para sacrficarlo y abastecer la despensa,Faltaron los ingresos cotidianos del hogar sin depender de los demás.

Corrieron los tiempos y un gran dìa los hijos de Manuel volvieron a la aldea ofreciendo una imagen diferente a la que habìan dejado impresa,cuando con  sus maletas emprendieron la carrera de la emigraciòn.Sus coches eran del los ùltimos modelos y su juventud y su etiqueta daban a la vivienda un nuevo colorido jamàs imaginado.Josè y su esposa ambos llenos de  contento acudìan con ellos a ferias y romerìas y sus coches llamaban la atenciòn por carretras de macadan y corredoiras de la aldea.

Pronto surgiò la idea de la casa nueva,puesto que la que era su cuna ofrecìa una imagen que no encajaba en la categorìa que se imaginaban habìan adquirido.De pronto surgiò el proyecto que se convirtiò en realidad;pero la vuelta a Amèrica  no se hizo esperar dejando la nueva morada,la que se abrirìa por periodos de vaciones,permaneciendo cerrada a cal y canto el resto del año. Pasaron los años y Manuel y Marìa continuaron en la aldea como unos màs,hasta alcanzar su jubilaciòn, la que les permitiò encauzarse en otra forma de vida sin depender de los demàs, organizando de nuevo la despensa con el producto de su trabajo,aunque no  volvieran poseer sus vacas.Las aguas retornaban a sus cauces mientras los hijos continuaban siendo emigrantes.

Y como el tiempo corre para todos.Pasaron los años y aquellos jòvenes formaron sus familias fuera de su patria,encauzandose en actividades comerciales al otro lado del mar; pero con la añoranza de su cuna natal,a la que siguieron acudiendo por pequeños perìodos,hasta que los años le hicieron la consiguiente mella,para que un dìa quisieran recuperar lo que habìan despreciado.La renta de un trabajo en la patria donde nacieron y que un dìa despreciaron,donde muchos  han quedado para que pudiera conservar el calor,que otros pretendieron perdiera y se enfriara.

Si la emigraciòn fue gozo de muchas gentes.Ya se nota la sombra de aquellas imàgenes que si antaño fueron  de  veneraciòn,la sombra empieza empañarlas borrando estampas de un paso para ofrecer otras de un presente.

Muchos de aquellos que creyeron no poseer nada en su paìs, empiezan a conocer la realidad comprobando como  el abandono y el desprecio  al lugar que les viò nacer, sigue  guardando algo en sus entrañas,a lo que se creen acreedores y aunque asi no sea,   se lo dan,   porque quedaron aquellos patriotas dispuestos a salvar vicisitudes y trabajar con ahinco por un futuro mejor,para forjar un porvenir,del cual reparten para que todos seamos iguales en el lugar que nos viò nacer,aunque unos acà y otros allà,porque quienes de jòvenes dejaron el calor de la cuna natal,de viejos dificilmente   puedan recuperarlo.



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